Comida casera buenísima. Buena carta. Camareros sencillos y agradables. Platos abundantes. Hay mesas dentro y fuera; las de fuera están en una zona con césped y sombrillas; hay juegos para niños y los ves en todo momento. Ideal para ir con ellos por el espacio. En verano, además, tiene piscina donde poder refrescarse y echar el día.
Hemos terminado de comer y aún sigo esperando la cerveza que pedí. En la fritura de pescado estaba congelado los bocados de bacalao por dentro. Las gambas al pil pil se han enfriado mientras esperábamos que trajeran el pan. En fin, no es un lugar para ir