Comida original y vegetariana de primera calidad...buenísimo todo gente muy maja
Todo está delicioso, deberías probar
La experiencia en el local fue buena, es un lugar pequeño pero bonito donde tienen varias opciones saladas y dulces veganas, probé la tarta de chocolate y praliné, el lingote de limón y chocolate blanco, la empanadilla vegana y el café con leche de soja: el bizcocho de la tarta de chocolate estaba seco aunque la crema mejoraba la textura; el lingote de limón estaba excelente, jugoso y el toque de chocolate blanco resaltaba el sabor; la empanadilla rellena de soja texturizada estaba bien aunque muy pequeña y el cafe también estaba bien.
Considero que es un lugar que vale la pena conocer en Zaragoza.
Un lugar que descubrí por casualidad.
Me apetecía tomar un café con algo diferente a lo habitual, estaba un poco cansado de los croissant prefabricados, y descubrí una gran variedad de dulces artesanos que se salen de lo cotidiano. Los fabrican allí mismo en su obrador de manera artesanal y todos los que he probado están muy ricos. Además la mayoría son veganos.
En un mundo ideal este establecimiento debería ser un lugar imprescindible. Oferta vegetariana que domina tanto el dulce como el salado. Su carta es artesana, variada y se va actualizando prácticamente todos los días. El local es muy coqueto y aúna las pasiones de la propietaria, la cocina y el arte, ya que dispone un rincón para exposiciones locales. Ojito con la quiche, una de sus elaboraciones estrella.
Lugar tranquilo donde disfrutar de comida vegana y un buen café.