Arturo, el camarero fue estupendo
Muy buena experiencia, repetiremos sin duda.
Comida excelente, la carne es espectacular. Falta calidad en los postres, sobre todo en la tarta de queso que no se compara con la calidad y sabor de la comida y los cafés saben un poco quemados
Restaurante por excelencia. Todo perfecto. Es como estar en familia. Llevo 50 años yendo al mesón
La comida, los guisos y guarniciones buenísimos y de primera calidad
Los vinos muy bien en relación calidad precio
Repetiremos
Un mesón con antigüedad que ha sabido mantener ese sabor típico de hace más de 100 años pero al mismo tiempo se ha modernizado.
El servicio es excepcional: están siempre pendientes del cliente y además son muy agradables y saben estar en su sitio.
La comida es muy buena y con una alta calidad. Y no sólo es la calidad, sino que también está muy bien cocinada y presentada.
Además tiene platos muy originales sin perder lo tradicional.
El local es inmenso y tiene algunos reservados junto el comedor originario, que es muy bonito y uno se siente como en tiempos de Luis Candelas. La decoración está acorde y te retrotrae al siglo pasado, me refiero al XIX. En las fotos he añadido un pellejo como los que no veía desde hacía muchísimo tiempo y se agradece poder tener ese visión directa de cosas tradicionales que ya se han perdido por completo.
Estuve con mi familia, 4 personas, y disfrutamos mucho y nos encontramos muy a gusto.
Un punto muy importante es la carta de alérgenos y que tienen bastantes platos que pueden ser degustados por celíacos.
En fin, que cuando volvamos a Madrid la próxima vez intentaremos volver, porque la experiencia lo merece