Una lástima que un negocio tradicional con un ambiente increíble tenga un producto tan malo. Nos pedimos unos mini hojaldres de bonito que costaban 3,35€ cada uno y apenas tenían relleno, era prácticamente todo hojaldre sin más… no volveremos
Muy buen restaurante en el que disfrutar rocas comidas .Excelente servicio
Es una lástima siempre que desaparece un negocio tradicional que además asociamos a nuestra infancia. Pero aún es peor cuando ese negocio mantiene su fachada y su local pero cambia de propietarios y funcionamiento porque esperas encontrar lo de siempre y no tardas en darte cuenta de que lo único que ha quedado en pie es la imagen, la superficie, pero la esencia se ha ido para siempre. Es verdad que cuando se extendió la fama de sus roscones nosotros dejamos de comprarlos allí, porque que te dieran el número 1.400 y tuvieras que esperar dos o tres horas para poder pedirlo le quitó todo el encanto. Pero las rosquillas de San Isidro nunca fueron tan minúsculas (apenas un cuarto de su tamaño tradicional). Una lástima. Una las mira, las prueba, y se pregunta dónde está la masa debajo de tanta cobertura. No es que pequen de secas, sino de empalagosas porque son pura cobertura con muchísimo azúcar donde apenas se aprecia el sabor a limón. El equilibrio también es importante. En septiembre de 2023 cambió de propietarios y ahora figura inscrita en un registro mercantil de Barcelona. Lo que empezó siendo una panadería y pastelería tradicional, de barrio, se ha ido a pique . Como tantas cosas por el centro de Madrid. A mí ya no me verán más por ahí.
DECEPCIONADO!!! Año a año veo como la calidad de los productos no hacen mas que bajar. Hace años era para mi un pastelería de referencia pero ahora mismo los productos son peores y los preciosos con mucho mas caros. Es una pena que se estén cargando una pastelería como la que fue.
Local muy sucio en todos los sentidos. Pastelería mediocre.
Pues supongo que el horno no está mal, pero mi experiencia ha sido terrible. Me han vendido una pequeña quiche de espinacas tamaño empanadilla por 4,50 €. Una auténtica barbaridad,. Pero el problema no sólo es ese, el problema es que estaba seco como una zapatilla. No era del día ni de ayer ni de antes de ayer. A saber. Hay que tener muy poca vergüenza para vender un producto seco y pasado por ese precio. No regresaré.
Los pastelitos de mango y los de manzana están muy ricos.
Cuatro galletas así de pequeñas por 5,20€ - es una broma o qué?! Venden no por kilo pero por unidad. Y ojo, no hay precios en el mostrador!