Cafetería para engañar turistas, 9 euros por una cerveza, un capuchino y un croissant de chocolate.
Cerveza a punto de caducar, café muy normal y croasan recalentado en microondas.
Evitad pasar por aquí.
Sinceramente, fue la timada del turista. No tienen precios, a la hora de cobrar te cobran lo que les viene en gana. El café malísimo, la cerveza a puntito de caducar y el croissant recalentado igual veinte veces. La cuenta fueron 9€, nosotros nos quedamos con escozor, pero espero que cuando leáis estos comentarios se os quiten las ganas y el escozor les entre a ellos. En definitiva, la peor de las experiencias en Palermo.