Pésima atención.
Dueño mal educado, no estuvimos a gusto teniendo cada 5 minutos preguntandonos si queríamos más cosas y recién nos lo acababa de poner.
Si te vas al baño, te interrogan preguntando en qué mesa estás.. En fin.. No lo recomiendo.
Este diminuto bar, que incluso ahora no atiende dentro, se ha convertido en una esquina privilegiada para picar algo.
Con una atención de diez y un producto siempre de primerísima calidad, es una apuesta segura.
Lo mejor, dejarse aconsejar acerca de los productos que tiene, pues va cambiando constantemente. Y todo al mismo nivel!
Ambiente relajado y excelentes cócteles.
Un poco retro, pero un personal muy amable
Excelente lugar para disfrutar de un buen Gin-tonic