Decepcionante. Al llegar nos extrañó mucho que estuviera vacío para ser un viernes noche. Éramos 4 personas, fuimos con la intención de tomar unos nachos y unas tostadas pero nos decidimos finalmente por el menú de noche a 25,5€ por persona. Los entrantes muy tristes , cero calidad y producto congelado, los huevos rotos con patatas fritas pésimas y los huevos con la yema cuajada. Los caracoles a la llauna sin ninguna gracia y la cazuelita de almejas y mejillones sin sabor, alejas y mejillones de tercera y la salsa líquida a más no poder. Los segundos platos empeoran, los pies de cerdo insulsos y la entraña horrible, con la membrana o velo sin retirar, dura y chiclosa a la vez e imposible de cortar aún con cuchillo de sierra. La guarnición igual de triste que los entrantes, las mismas patatas fritas y pimientos gélidos. La crema catalana del postre, aceptable y el café, horrible no, lo siguiente. Para no volver nunca más ni recomendarlo.