Un muy buen sitio para coger fuerzas antes de seguir viendo el museo. La camarera muy maja nos ha ampliado la mesa ya que han venido 3 personas más al final. La comida de menú muy bien y muy rica.
Una pena de sitio… está en un lugar muy bueno, tanto para venir al museo como para darte un paseo por el parque y hacer parada en su terraza para tomar algo, la pena es que, aunque no tengan gente te encuentras más de la mitad de las mesas sucias llenas de vasos y platos que, por la pinta, llevan ahí media tarde. La camarera estaba sentada en una mesa de tertulia con la amiga…a pesar de que nos vio dar vueltas buscando dónde sentarnos, ni se movió a adecentar ninguna mesa.
A pesar de que el horario de apertura indica abierto hasta las 19:30, una mesa llegó a las 18:45 y la camarera se negó a servirles. Que se conceda la gestión de un negocio así para luego no mirar para él es bastante lamentable .
Ensaladas muy muy pequeñas para el precio que tienen.
Kafeteria anexa a Eureka Zientzi Museoa.
Nefasta experiencia. La comida es poca y mala. El servicio es bastante mejorable, con solo una camarera profesional y agradable que contrasta con el resto... Una hora y media de retraso para servir. Y para colmo, demasiado caro. En suma, un horror
"Pollo vegano" burguerrak ez ditu 10 €-ak balio. Ogia, letxuga, tomatea, "pollo vegano" xerratxo mehea eta saltxa bat. Ez patatarik ez besterik. Kalamarrak, no koment. Sartzerakoan baino gose gehiagorekin joan ginen. Eta kañak ,3'40€? Hor???
Zerbitzariak erdaldunak eta karta gazteleraz soilik. Lotsagarria!
Caña keler en copa a 3,40€. Sin servicio de terraza.
Una y no más.
Una hora y media de espera para comer una hamburguesa. Preguntan bebida y comida y tardan más de una hora en servir... Cuando protestas a la hora... Te dice el encargado que tienes poca empatía por estar solo en la sala y haber 9 mesas a las que servir.
Si hay poco personal desde luego no es culpa/problema del cliente. Y la empatía es bidireccional sobretodo teniendo en cuenta que venimos con niños pequeños que tienen hambre...
Conclusión... Nos vamos sin poder acabar el menú, con patatas congeladas que dicen ser caseras y habiendo perdido más de media mañana allí perdiéndonos el museo.